Blog en construcción. Cada día más y mejor!



Un blog para mujeres de carne y hueso, un espacio para pensar, un lugar para el encuentro con la verdadera historia.

"PORQUE TODO COMIENZA CUANDO DOS MUJERES SE JUNTAN Y EMPIEZAN A HABLAR"

La causa de un femicidio es la existencia de un femicida.


VOMITE TODO AQUÍ

"Mamá, aprendí a vomitar" dije cuando llegué del colegio.

En el marco del taller integrador de medios de mi escuela recibimos la visita de dos representantes del colectivo de artistas ArteMA, quienes nos presentaron su proyecto "Vomite todo aquí". 
Y de repente empecé a vomitar, seguí vomitando, no pude parar de vomitar. Vomité críticas y auto-críticas, angustias, prejuicios, inquietudes y demases. Uy! Ahí viene el vómito de nuevo:
Vomito sobre mi maestra de jardín que me hizo pensar que si un varón me pegaba era porque gustaba de mí.
Vomito sobre quienes me decían que no confiaban en la amistad entre un hombre y una mujer. ("Sólo te quieren para coger")
Vomito sobre quienes me dijeron que el pelo corto era de hombre, y que parecía una "marimacho".
Vomito sobre mi ginecóloga que me trató de "fácil" a los 16 años por tener relaciones con mi novio.
Vomito sobre los que me hicieron creer que yo valgo lo que los demás creen que valgo.
Vomito sobre los que hicieron que odie a mis curvas y a mis kilitos de más.
Vomito sobre los que me dijeron "pero vos servirías más para escuchar, no para hacer cuentas" cuando dije que quería estudiar física.
Vomito sobre los que piensan que porque tengo novio no me hago valer por mi misma.
Me vomito por denominarme "histérica" cuando en realidad es inseguridad.
Me vomito por no querer llorar en público cuando me dicen algo hiriente, solo porque tengo que demostrar firmeza.
Vomito porque el presidente electo dijo públicamente que a todas nos gusta que nos digan "que lindo culo tenes".
Vomito a la mujer que me miró mal cuando grité porque me habían tocado el culo mientras me subía al bondi.
Vomito todas esas miradas que me dan ganas de llorar.
Vomito sobre toda la pila de ropa que descansa en mi armario porque es muy corta, muy ajustada, muy escotada, muy transparente.
Vomito sobre el chabón que ayer mismo me puteó porque no le agradecí cuando me dijo "las mujeres primero".
Vomito por el tipo que casi me caga a palos cuando respondí con disgusto a un comentario abusivo sobre mi cuerpo.
Vomito sobre mis amigos con los que tuve que llegar al extremo de hacer que me acompañen por la calle y hagan como si no me conocieran, para que así puedan escuchar lo que vivimos a diario las mujeres y entiendan la gravedad del asunto.
Vomito a las publicidades de Banco Galicia y de productos de limpieza.
Vomito sobre la gente que culpabiliza a las víctimas de violencia de género.
Vomito sobre Tinelli.
Vomito sobre la opresión religiosa, sobre la mutilación genital femenina, sobre los medios de incomunicación.
Vomito sobre todos los que hacen que el hecho de ser mujer sea algo doloroso.
Vomito sobre los catálogos de lencería femenina.
Vomito sobre las etiquetas. (Que sos gorda, que sos flaca, que sos puta, que sos difícil, que sos baja, que sos fea, que sos linda, que sos musculosa, que tenes el culo con pozos) y vomito porque yo también las uso.
Vomito porque no puedo vomitar en público (es de mala educación).
Vomito sobre los que no le creyeron a mi amiga cuando dijo que la habían drogado en un boliche.
Vomito porque si cocinas "Ya te podes casar".
También vomito sobre los que creen que si una mujer bonita es lesbiana, es un desperdicio.
Sepan disculparme, no puedo controlar mi vómito, y esa es una buena señal. Perdoname si llené de vómitos tu muro, es que quiero que te des cuenta que yo, tu amiga/conocida/no tan conocida/familiar/alumna/ex compañera, vengo gestando este vómito desde que nací. Entonces ya podes jactarte de que esto no es algo lejano, que conoces al menos a una persona que no puede parar de vomitar. Te invito a que vomites conmigo.
Dale, vomitemos todos juntos este viernes en la plaza del Congreso y marchemos por el #NiUnaMenos, por aquellas compañeras que ya no pueden vomitar, que se quedaron con el vómito en la panza.
Vuelvo a pedir perdón por el vómito (una dama siempre tiene que tener buenos modales), se que es desagradable pero también confío en que es contagioso.
Daniela Errecarte, 17 años. Buenos Aires.
‪#‎MujeresHaciendoHistoria‬