Blog en construcción. Cada día más y mejor!



Un blog para mujeres de carne y hueso, un espacio para pensar, un lugar para el encuentro con la verdadera historia.

"PORQUE TODO COMIENZA CUANDO DOS MUJERES SE JUNTAN Y EMPIEZAN A HABLAR"

Viajando por el mundo...cuando las mujeres seamos escuchadas...

Desde Malí a Japón, pasando por Guatemala y la India, las mujeres provienen de mundos dispares y en ocasiones antagónicos, pero algo les une; son víctimas de todo tipo de situaciones discriminatorias. Tanto es así que el 80% de la mano de obra campesina de los países en vía de desarrollo económico, así como el 80% de las personas desplazadas y refugiadas del mundo, son mujeres. La economía sumergida de los países desarollados económicamente, está sustentada en empleadas de hogar y trabajadoras inmigrantes. En conclusión, unos seis mil cuatrocientos millones de personas habitan el planeta, la mitad tienen menos derechos que el resto; SON LAS MUJERES.
En nuestro viaje por el mundo zarparemos desde España, constatada como un país donde no existe la igualdad. Así lo remite el estudio realizado por el Fondo Económico Europeo, en el 2005. En concreto se sitúa en el quinto país peor clasificado de la Unión Europea, sólo por delante de Malta, Italia, Grecia y Austria.
 España nos deja unos datos tan desalentadores como los siguientes (2005):

- El desempleo femenino dobla al masculino.

- La diferencia salarial entre hombre y mujeres es de 18%, en detrimento de las últimas. Otras fuentes aseguran que se trata de un 33%.

- El INJUVE apunta que el 63´35 % de los universitarios logra trabajo en seis meses, frente al 32´2% de las universitarias.

- El 45% de los españoles y españolas en edad laboral cree que la mujer debe abandonar el empleo al tener un hijo.

- El 43% de las empresas asegura que las responsabilidades familiares limitan el rendimiento laboral de las mujeres.

- Las mujeres representan un el 64´13% de los personas juezas y el 41´61% de las personas magistradas, en el Tribunal Supremo el porcentaje se reduce al 5´06% y en ningún órgano superior alcanza el 25%.

- Los hombres tienen dos veces más posibilidades de alcanzar puestos de gestión, y tres veces más de acceder a cargos superiores de dirección.

- La media de los tres últimos años de mujeres muertas por violencia de género es de 65 por año. En 2005. En la actualidad es una buena noticia terminar el año con más de 50 muertas, porque quiere decir que bajamos 20 con el año anterior. Resulta muy triste que la buena noticia se traduzca en más de 50 mujeres muertas.


FILANDIA: El 40 % de las mujeres ha sufrido violencia física o han recibido amenazadas sustentadas en el género, según la oficina central de estadísticas.
FRANCIA: Cada año 25.000 mujeres sufren una violación, según el Lobby Europeo de mujeres.
GRECIA: El paro hace estragos: hay 238 desempleadas por cada 100 hombres.
IRLANDA: Es la nación con mayor diferencia de ingresos; las mujeres cobran 26.241 euros menos al año que los hombres.
PAÍSES BAJOS: 20.000 ciudadanas sufren violencia de género cada año a mano de sus parejas, según Naciones Unidas.
BÉGICA: Las mujeres que gozan de empleo ingresan unos 14.251 euros menos que sus colegas hombres
REINO UNIDO: Un tercio de la población cree que las violaciones son responsabilidad de la víctima, por su forma de vestir, por beber, o por haber tenido varias parejas.
FEDERACIÓN RUSA: 36.000 rusas reciben una paliza cada día de sus parejas, según Amnistía Internacional.
MALÍ: Las mujeres tienen que pedir permiso a su marido para abrir una cuenta corriente. Los hombres de este país, gozan de un más elevado estatus que las mujeres.
INDIA: La mayoría de las mujeres viven encerradas en el patio de sus casas, viven en reclusión y cuando algún hombre visita la casa se deben cubrir el rostro.
HAITÍ: Las mujeres no son consideradas adultas hasta que no dan a luz. Juegan un importante rol social ya que son las que sustentan a la familia con lo que obtienen por la venta de productos en los mercados.
GUATEMALA: Este país, junto a MÉXICO es conocido por la tragedia de sus feminicidios, que escapan a cualquier explicación humana.
JAPÓN: El hombre recibe la mayor parte de la herencia, se piensa que la mujer es antes esposa y madre, por lo que la mayoría deja de trabajar cuando se casan.
SUDÁFRICA: Es tal el machismo de este país que queda totalmente reflejado en el hecho de que si las mujeres paren un hijo se les hace un regalo, cosa que no sucede si es una niña.
ETIOPIA (por poner un ejemplo, ya que esto desgraciadamente ocurre en muchos lugares más): Se acepta y se considera necesaria la práctica de la ablación. Si una niña no se la hiciera, se reirían de la madre, sería una autentica humillación.


Y podríamos seguir nombrado país tras país, y no nos faltarían datos que corroboran que hay muchas batallas que nos esperan para ser ganadas.

Para terminar recordemos en palabras de Nuria Varela que hubiera pasado o mejor dicho que pasará cuando las mujeres hablemos y se nos escuche:



Si las mujeres hubiesen podido hablar, si las escucháramos, también las oiríamos reír y proponer, inventar y crear. Solucionar problemas, consolar tristezas, alegrar corazones. Ayudarse, trabajar, bailar y soñar. Ahí están las Mujeres de Negro, palestinas y judías juntas, desafiando a la violencia, gritando al viento que no son enemigas y construyendo la paz. O las mujeres de la India, abrazándose a los árboles para frenar las leyes devastadoras. O las mujeres africanas negociando con sentido común para sus países, denunciando a las multinacionales por sus precios abusivos, hasta los medicamentos. O las indígenas, evitando que los comerciantes extranjeros patenten sus plantas, sus conocimientos ancestrales, su sabiduría, diciendo no a los transgénicos. O las mujeres europeas luchando por la paridad que haga a las democracias occidentales merecerse el nombre. O las mujeres españolas, manifestándose todos los 25 de cada mes, durante siete años, en invierno y en verano, en vacaciones y en Navidad para exigir al país entero, hombres y mujeres, digan NO a la violencia de género.



Si las mujeres hubiesen podido hablar, hoy los pueblos seríamos más sabios. Habríamos aprendido los conocimientos de los nueve millones de mujeres quemadas en la hoguera, porque eran tan inteligentes que parecían brujas. Recordaríamos el nombre de Murasaki Shikibú, la mujer que escribió la primera obre considerada una novela en el mundo. Fue en Japón en el año 1010. También nos sentiríamos orgullosos y orgullosas de Hidelgarda de Bingen, la monja alemana (1098-1179) que además de monja fue escritora, filósofa, compositora, pintora y médica. Entre otras muchas cosas autora del Libro la Medicina Compuesta, considerado como el libro base de la medicina. Así cuando los fanatismos religiosos atacaran de nuevo, recordaríamos la frase de Hidelgarda “Cuando Adán miró a Eva quedó lleno de sabiduría”



Sabríamos que la introducción a la Física se produjo con el libro Institucions, de Emilie de Breteuil, marquesa de Chateler (1706-1749), gran matemática y filósofa. También recordaríamos a Alice Guy-Blanche (1873-1968), quién realizó la primera película con argumento en la historia del cine. Y también sabríamos que es una mujer la única persona que ha ganado el premio Nobel, en dos disciplinas distintas. Marie Slodowska (Polonia 1867-1934) quien en 1903 recibió el Nobel de Física, junto a su esposo, Pierre Curie, por el descubrimiento y trabajo pionero en el campo de la radioactividad y los fenómenos de la radiación. En 1911, Marie Slodowska recibiría el Nobel en Química. A ella se le debe lo que hoy llamaríamos la “Edad del Átomo”.



Si hubiésemos podido escuchar a las mujeres, si pudiéramos escucharlas hoy, hombres y mujeres seríamos personas más sabias y las mujeres además tendríamos más autoestima y sospecharíamos ante los relatos en los que no hay ni rastro de nosotras.



Por eso para dejar de ser miopes, las feministas se pusieron las gafas violetas. Sirven para ver las injusticias y una vez descubiertas, nombrarlas. La historia es selectiva porque no todo el mundo ha tenido la palabra.

¿Por qué tenemos un compromiso histórico? Lucía Etxebarría

SI ERES MUJER y puedes votar. Fuiste a la universidad. Puedes solicitar cualquier empleo, sin vetos legales. Puedes recibir y brindar información sobre el control de la fertilidad sin ir a la cárcel por ello. Practicas un deporte profesional. Puedes usar pantalones sin ser excolmugada de tu iglesia o humillada en el pilón del pueblo. Puedes casarte sin perder tu apellido y sin que tus derechos civiles sean asumidos por tu esposo. Tienes derecho a rehusar tener relaciones sexuales con tu esposo. Tienes derecho a que tus registros médicos confidenciales no sean divulgados a los hombres de tu familia. Tienes derecho de leer los libros que desees sin la supervisión de tu hermano o tutor. Puedes testificar sobre crímenes y daños que tu esposo haya cometido. Puedes obtener un crédito, con tu nombre y tus antecedentes de créditos sin aval de marido o tutor. Se te permite testificar en tu propia defensa. Posees propiedades que son únicamente tuyas. Tienes derecho a tu propio salario aún si estás casada o hay un hombre en tu familia. Sabes que si tu marido o pareja o ex pareja te pega, podrás denunciarlo en comisaría y nadie te sermoneará con cómo ser mejor esposa y madre. Se te otorga un título después de haber ido a la universidad, en lugar de un certificado de haber completado los estudios. Y puedes amamantar a tu bebe en lugar público sin ser arrestada por ello…AGRADÉCELO A UNA FEMINISTA. Sin la lucha de muchas feministas que reclamaron estos derechos para ti, no podrías gozar de lo que hoy consideras normal. Mi propia madre no podía trabajar ni salir del país sin permiso de su marido o tutor, no podía disponer libremente del dinero de su cuenta corriente, pues su marido o tutor tenía derecho a invertirlas, y “cuidadín” que no hablo de hace cien años, si no de cuarenta.


Recuerda que también en tres cuartas partes del mundo, las mujeres aún no gozan de estos derechos.

La propuesta ecofeminista; un modo de vida

Por: Patricia Hume Santacoloma

Por ecofeminismo nos referimos específicamente a la propuesta que nació hace más de tres décadas en medio del activismo político y el diálogo del movimiento feminista radical vinculado directamente con el movimiento pacifista, antimilitarista y antinuclear; opuesto desde su inicio a los sistemas opresivos que se expresan como militarismo, sexismo, racismo, clasismo y destrucción de la naturaleza.
 
El ecofeminismo como lo entendemos hoy día es algo más que una disciplina académica que estudia las relaciones entre los seres humanos y los recursos naturales con perspectiva de género, y los aplica en proyectos de desarrollo o en la impugnación de políticas públicas. El ecofeminismo, como el biorregionalismo, plantea una forma distinta de estar en el mundo, una nueva cosmovisión.

 
A diferencia de otras propuestas que se plantean el estudio de la relación género y medio ambiente, el ecofeminismo incluye la dimensión filosófica y espiritual de manera explícita. Se trata de una filosofía con valores inspirados en los procesos que observamos en la tierra, que hereda la tradición de noviolencia inspirada por Gandhi y Martin Luther King, y la praxis de los movimientos de resistencia de las mujeres en todo el mundo,
como las de las mujeres de Chipko, en la India, que arriesgaron sus vidas por salvar los árboles que iban a ser derribados por la construcción de una enorme presa; valores en los que podemos basar la vida cotidiana y el activismo político: un movimiento biocéntrico de justicia social incluyente en el que se contempla al resto de la creación respetandola gran diversidad existente. 

La vida sólo existe en el momento presente. Todo en este momento, el pasado, el presente y el futuro, y todos los seres de todas las direcciones. Cuando tiramos una cáscara de plátano o una rosa a la basura sabemos que pronto va a descomponerse y servirá para abonar nuestro jardín.También sabemos que las bolsas de plástico y los pañales desechables tardarán entre 100 y 400 años en desintegrarse; y sabemos que los desechos nucleares tardan muchísimo más, algo así como 250 millones de años. Todo lo que existe, existe sólo en este preciso momento presente y todo se encuentra íntimamente interconectado.
Thich Nhat Hanh


La visión ecofeminista: un mundo donde no haya cabida para las relaciones de dominación y control, donde todos los seres tengan las mismas oportunidades para desarrollar su potencial creativo y alcanzar la consciencia de su verdadera identidad transpersonal. Los primeros trabajos ecofeministas enfatizan cómo la historia de la humanidad ha sido escrita desde la visión masculina y en ella hay una gran ausente: la mujer. En esta historia, la mujer es descrita desde el imaginario social masculino y se le adora y teme en tanto naturaleza, haciéndola parecida a ésta, parte de ésta.
Un ejemplo es La Biblia, donde se identifica a la mujer desde el primer momento como cómplice de la serpiente (en tanto naturaleza) y enemiga del hombre (en tanto cultura). Por su culpa él tiene que sufrir las consecuencias de haber sido expulsado del paraíso y “trabajar” para ganar el sustento con el “sudor de su frente” (separado, enajenado tanto de la naturaleza como del resto de los seres vivos).
La naturaleza y el ser humano son un par de opuestos en constante contradicción. El hombre, en la cima de la jerarquía de la creación, es instruido por Dios para “dominarla”. Todos los valores que maneja el pensamiento judeocristiano pueden identificarse con el principio masculino: relaciones jerárquicas, control y dominación de los más débiles, separación entre el ser humano y el resto de la creación, etc., mismos que el proyecto de desarrollo hegemónico reproduce. El ecofeminismo, como explica Vandana Shiva, es una propuesta de vida alternativa más congruente con el paradigma emergente de este nuevo siglo en el que las mujeres desafían
desde las raíces al sistema hegemónico global, “al maldesarrollo”. 

 
Con la destrucción de los bosques, el agua y la tierra, estamos perdiendo los sistemas en que se apoya la vida. La violencia de las mujeres que dependen de la naturalezapara obtener el sustento para ellas, sus familias y sus sociedades. Esta violencia contra la naturaleza y la mujer es inherente al modo en que se percibe a ambas y
constituye la base del actual paradigma de desarrollo…



La ciencia y el desarrollo modernos son proyectos de origen masculino y occidental, tanto desde el punto de vista histórico como ideológico. Una ciencia que no respeta las necesidades de la naturaleza y un desarrollo
que no respeta las necesidades de las personas amenaza inevitablemente la supervivencia. En su afán por sobrevivir a los ataques de ambos, las mujeres han comenzado una lucha que desafía las categorías principales del patriarcado occidental: el concepto de naturaleza y mujer, y el de ciencia y desarrollo.
Vandana Shiva

A diferencia de estos valores representativos del patriarcado en tanto sistema de opresión, el ecofeminismo plantea un sistema más acorde con el “principio femenino”. El cuadro comparativo siguiente puede ayudarnos a entender las diferencias entre estas dos propuestas: (click en el cuadro para ver mejor)

 

Que no me regalen flores...Por Lydia Cacho Ribeiro

A nadie se le ocurriría mandar flores a lxs mexicanxs para celebrar el bicentenario de la Independencia de México, entonces ¿por qué el 8 de marzo la gente regala flores a las mujeres? ¿Por qué mandan mensajes, sms, power points cursis? como si el 8 de marzo fuera el día en que se festeja ser mujer, como si fuera otra especie de día de la madre.

Esa fecha fue elegida para recordar la muerte masiva de trabajadoras de la maquila hace cien años en Nueva York. Pero en realidad sirve para recordar un movimiento social que a pesar de llevar tres siglos de historia sigue oculto ante la mirada de las mayorías. Los políticos entregan premios a “mujeres notables” y el resto del año ignoran la condición de sus ciudadanas. En las escuelas poco o nada dicen a niñas y niños sobre marzo 8.

Por eso nuestras hijas e hijos no saben que la historia ha ocultado que el feminismo sufragista practicó y reinventó formas revolucionarias de manifestación social, la interrupción de oradores, la huelga de hambre, el autoencadenamiento, los panfletos reivindicativos. Las mujeres que exigían el voto innovaron formas de agitación y replantearon la lucha pacífica, ejemplo que imitaron movimientos políticos posteriores como el sindicalismo y el de los derechos civiles. Hace cien años se decidió reivindicar lo que se venía diciendo hacía 200 años: que el desarrollo social no existe sin la paz y la equidad entre hombres y mujeres. Que el feminismo es filosofía y no guerra de sexos ni pecado, que hizo suya la protesta simbólica, le dio la vuelta a la revolución sexual, desarrolló la teoría del género y acuñó un nuevo significado para el patriarcado y evidenció el daño de la violencia doméstica y sexual.

 Por eso había que demostrar cuántas mujeres y niñas eran esclavas, cuántas vivían violencia, cuántas morían por hablar, cuántas eran utilizadas como carne de cañón en guerras y como prostitutas forzadas para tropas enemigas. Había que demostrar al mundo del poder (un mundo eminentemente masculino) que resulta absurdo e injusto que las mujeres sean consideradas inferiores, que se les negara el derecho al voto, a su salud sexual y reproductiva, a la política, a la tenencia de tierras. Si una mujer se queja ante el juez por los malos tratos de su marido el juez le pregunta ¿y qué hizo usted para provocarle? A pesar de la evidencia, el mundo se resiste a la igualdad real.

Algo ha cambiado en tres siglos, pero no lo suficiente. Millones de mujeres siguen buscando argumentos que les permitan demostrar cabalmente que son ciudadanas en situación de igualdad. La barrera más grande a vencer es el poderoso desprecio sexista. Ese desprecio que pregunta burlón ¿y para qué quieren las mujeres que se mencione su presencia con un “las mexicanas” si el masculino es universal? Ese desprecio que humilla a los hombres equitativos y los aísla de las mayorías del poder porque les considera peligrosamente feminizados.

Así es que este 8 de marzo habría que pedir a lxs políticxs que en lugar de regalar flores y discursos sobre el día de las mujeres, ofrezcan políticas públicas que hagan efectiva la equidad. Que se reivindique la historia, una historia que nos hará más libres, que nos permitirá transformar a nuestra sociedad y erradicar el sexismo y la discriminación.

8 de marzo I 2010











Sil Lallana
Mujeres Haciendo Historia

Nosotras que nos queremos tanto...




Sobre la construccion del amor

Marcela Lagarde y otras autoras


En la primera infancia es donde se producen la construcción de las identidades sexuadas. A través de lo que venimos llamando socialización; esto es el proceso de aprendizaje social por el que las personas se integran en el mundo objetivo de una sociedad, hablamos de la transmisión de valores culturales, normas y patrones de actuación. Esta socialización va ser diferencial según la criatura sea niña o niño, según el género y así hay modelos de comportamiento y roles distintos que configuran la identidad sexuada.  
Estas cualidades, actitudes y valores se asumen como propias aunque sean aprendidas. Vemos pues como la socialización diferenciada condiciona nuestro modo de ser, de sentir, de actuar. Y así a las niñas, mujeres futuras se les inculcan una serie de comportamientos inhibidos de dependencia afectiva y a los varones se les inculca el individualismo y la violencia como forma de resolver conflictos. 

Esto se traduce en un montón de ejemplos, a la niñas “no te manches”, “no seas chicazo”, “tienes que ser buena para que te quiera” se naturalizan las relaciones de cuidado en la figura materna. La niña se identifica con la madre. Ser mujer se convierte en algo equivalente a ser madre.

La continuidad afectiva se da en mandatos como si eres mala no te quiero”, la falta de afecto se convierte en el peor de los castigos, la soledad es negativa. Lo normal es ese estado de fusión con otra persona que suele ser la madre, luego será la amiga y después el hombre de su vida.
Aparece el conflicto fundamental, del que luego hablaremos entre la rebeldía de “querer ser” (yo real) y la autocensura del “deber ser” (yo social). Este conflicto, que es la escisión de género, produce muchas veces culpa, inseguridad y malestar.
Las mujeres tienden desde niñas a evitar la confrontación a interiorizar sentimientos de rabia, frustración o tristeza.
No se arriesgan a no ser aceptadas y ceden (aunque no deban hacerlo) en esas relaciones (de pareja) que quieren mantener a cualquier precio.
De esta manera se produce una idealización de la vida afectiva: “El amor todo lo puede” (La bella durmiente), “las mujeres transforman y humanizan con su amor a los hombres” (La bella y la bestia). “el verdadero amor supone un sacrificio incondicional” (La sirenita)

El amor encierra recovecos de dominio que generan desigualdad, lazos de dependencia y de propiedad, así como privilegios e inequidad que generan frustración sufrimiento e incluso daño. La falta de reciprocidad choca con la fantasía de amor compartido y paritario.
Mujeres y hombres aman y lo hacen de maneras diferentes, con la creencia en la universalidad del amor y en que el amor es para unas y otros la vía privilegiada a la felicidad.
Cada mujer recibe el mandato del amor como si este emanara naturalmente de su ser y cada quien debe convertirse en amorosa persona y alcanzar la felicidad por medio del amor. Para las mujeres el amor es una cualidad de identidad y un medio de valoración personal, de autoestima.
No nos educan sentimentalmente ni de manera formal, ni de manera informal. Vamos aprendiendo por imitación, por contagio.
El ser humano solo evoluciona como tal en la medida que es socializado por otros seres humanos que le son próximos, madres y padres, las amistades, la escuela y siempre los medios de comunicación.
No nos educan en igualdad. No tenemos las mismas oportunidades. A las niñas se les dice que tienen que ser para otros y a los niños que tienen que ser para sí (amor romántico que tiene que ver con la ética de cuidados y la dependencia y amor pragmático esto es para los niños la ética de principios que es de carácter individualista).
A las mujeres el mandato nos dice que el amor es el centro de nuestra vida, el amor a los otros a los que idealizamos primero la madre, luego la amigas y finalmente la pareja. Y de los que dependemos (siempre dudamos ante las decisiones, y pocas veces las tomamos sin consultar)

El mandato patriarcal a las mujeres es el amor a los demás. Este mandato excluye el amor a sí misma, (o los demás o yo). Se pierde libertad.
Este amor es relativamente nuevo tiene trescientos años. Y conduce a una escisión de género entre el deber ser y el querer ser (debo ser una buena madre, pero tambien quiero tiempo para mí).
Esto es lo que se llama ser sincréticas. La combinación de ser una mujer tradicional y una mujer moderna. En cada mujer contemporánea se sintetiza la subjetividad patriarcal y la subjetividad emancipatoria. (Tenemos a Pepe en casa pero seguimos esperando al príncipe azul).

Las modernas somos lo que Marcela Lagarle llama "cautivas emancipadas". Habría que analizar formas en que te sientes atrapada en redes, obligaciones, imposiciones patriarcales pero tambien emancipada con ciertas libertades y recursos.
Sincréticas porque vivimos agudas, profundas y complejas contradicciones internas. A ese conjunto de contradicciones les llamamos escisión de género. Mientras más opresiva es la vida de las mujeres contemporáneas y más anhelos emancipatorios tienen, más dolorosa es la escisión, la conciencia duele.
El mandato patriarcal a las mujeres es el amor a los demás, cuando lo cierto es que si me quiero más a mi misma quiero más a los demás. Y si digo que me quiero a mi misma soy egoísta. Si me tengo que negar a mi misma, no soy libre.

Esta visión del modelo amoroso de occidente; modelo hegemónico, modelo patriarcal es el amor moderno, de la modernidad, ilustrado y romántico. Este modelo ha permitido seguir manteniendo el dominio a los hombres.
Es el amor judeo-cristiano: todo lo permite, todo lo consiente, es el amor de la negación, ilimitado. La escisión es entre amarnos a nosotras mismas y a los demás.el amor de la entrega: lo das todo. Cuando lo cierto es que el amor debería ser reciprocidad.
El amor en el patriarcado es el eje central en la vida de las mujeres y es el espacio más tradicional de las mujeres modernas, en el que menos avanzado. Una propuesta metodologica es el conocimiento: quién soy?, qué quiero?, qué necesito?. Porque la clave tradicional es: el amor se da solo no hay que analizar nada, te sale naturalmente, del corazón y no necesitas conocer nada, solo entregarte. Necesitamos el autoconocimiento.

El amor es incondicional, por ejemplo el amor de madre. Es un mandato patriarcal. Es una parte de nuestra identidad de género (toda o nada). Pero no podemos ser incondicionales porque somos limitadas y cuando no lo somos aparece la culpa.
En el orden del modelo hegemónico la omnipotencia es un mandato para las mujeres con un mecanismo de control que es la culpa.
En lo profundo el modelo sigue siendo igual y en lo formal hay diferencia (las modalidades de familia han cambiado, pero las apariencias externas se siguen conservando igual, nadie habla de lo mal que le va en su historia personal porque es mejor aparentar que todo va bien que desobedecer el mandato)
En el amor dice el modelo tradicional nos sentimos completas (la media naranja) sentimos que se da todo. Nos enamoramos del amor con adicción desde la dependencia.
Estamos en la lógica de la guerra uno gana y la otra pierde. Si no fuera por amor no se podría estar sometida. Cuando nos salimos del modelo con la subversión nos salen modelos de mujeres que ya no son sumisas, ahora son como hombres.

Un ejemplo en el que se ve claramente esto es en las canciones ¿qué concepto del amor transmiten? ¿Qué valores transmiten?

Los avances, como decía, son perversos. Ejemplo: las adolescentes en este momento tienen más información, más medios de prevención, tienen hasta la píldora del día después y…hay más embarazos. Y te cuentan que siguen teniendo relaciones sexuales por amor, sin deseo, con miedo.


Hacia la negociación en el amor:
• Primero ser ciudadanas. La ideología imperante sustrae el amor de la ciudadanía, sustraen la vida privada del ámbito de los derechos. (Lo que pase de puertas adentro no le importa a nadie)
• Tener conciencia de la ciudadanía estar convencida de que tenemos el derecho a tener derechos.
• Instalarme en la ciudadanía: la protagonista de mi vida soy yo. No espero que me otorguen los derechos, me los concedo yo.
• Tengo derecho al amor: nos valoramos a nosotras mismas, somos sujetas del amor y no objetos del amor.
• Tener historia propia, esto es llevar la contabilidad de la pareja que pones tú y que pongo yo.
• Independencia económica, no puedo pactar en el amor sin autonomía económica.
• Incondicionales de nosotras mismas, hacer acciones positivas a favor de nosotras mismas.
• Buscar la confianza con muestras cotidianas; no solo promesas.
• El tiempo del amor es el presente, el amor es para aquí y ahora.
• Solidaridad entre mujeres

...................................................................................................Nosotras que nos queremos tanto.